Se trata de “Llevame a Ver Un Tren”. La exposición es una reseña contada a través de imágenes inéditas y objetos aportados por distintas instituciones
El próximo 1 de abril comenzará a funcionar de forma regular el tren Rosario-Victoria. Como antesala a este hecho que transformador, este miércoles se inauguró una muestra con la historia del ferrocarril en la ciudad, en la sede de la Secretaría de Cultura, ubicada en Av. Aristóbulo del Valle y Callao.
Bajo el nombre de “Llevame a ver un Tren”, la exposición -cuya entrada será libre y gratuita y estará abierta los fines de semana- es una reseña contada a través de imágenes inéditas y objetos que fueron aportados por la Escuela de Museología, el Museo de la Ciudad, la Asociación Rosarina Amigos del Riel, el Ferroviario Club Central Argentino y la Secretaría de Servicios Públicos.
Rosario se diferencia de otras ciudades argentinas por carecer de un pasado colonial. Su origen está vinculado estrechamente a su ubicación estratégica, desligado de conquistadores o funcionarios reales. Lugar de paso entre el Virreinato de Alto Perú y el Río de la Plata primero y eje del transporte y las comunicaciones luego, la ciudad se convirtió en el centro nodal de las comunicaciones con todas las provincias e incluso con Buenos Aires desde tiempos anteriores a la Confederación.
Desde que fue declarada ciudad (en 1852) y atendiendo a la separación política de la provincia de Buenos Aires, Rosario tuvo como objetivo el establecimiento de un puerto que respondiera al intenso movimiento de exportación e importación de la Confederación Argentina.
Es así como en 1854 el gobierno de la Confederación contrató al ingeniero norteamericano Allan Campbell para estudiar la posibilidad de un tendido ferroviario entre Córdoba y algún puerto sobre el río Paraná. En el informe resultante se destaca a Rosario como cabecera ideal, dando comienzo a las gestiones para materializar el proyecto.
Si bien las tratativas se demoraron tanto por cuestiones externas como por los conflictos entre la Confederación y la provincia de Buenos Aires, al concluirse la contienda, tras la batalla de Pavón y con Bartolomé Mitre como Presidente de la Nación, se promulgó en 1863 la Ley que otorgó a William Wheelwright la concesión para construir el proyecto de Campbell.
De esta manera, el gobierno nacional gestionó una de las más logradas estrategias de integración regional y consolidación del país a través del Ferrocarril Central Argentino y de su Compañía de Tierras.
El transporte ferroviario incentivó nuevas transformaciones, convirtiéndose en el principal desarrollador de pueblos y colonias a medida que avanzaba su tendido y su red se consolidaba. Al mismo tiempo, determinó la creación de asentamientos destinados a talleres o depósitos.
Generador de empleos, marcador urbano contundente en la conformación de la ciudad, portador de una cultura propia, el ferrocarril fluctuó entre épocas de esplendor, de decadencia, de indiferencia o de esperanzas expresadas en múltiples propuestas de reactivación.
Hoy, más de 150 años después, la ciudad presenta testimonios de la intensa actividad ferroviaria que la destacaron como el mayor centro ferroviario del interior del país.